Guía de iluminación: Temperatura de color y diferencias entre luz cálida y fría

Guía de iluminación: Temperatura de color y diferencias entre luz cálida y fría

La temperatura de color es un factor crucial al elegir la iluminación adecuada para tus espacios. En esta guía, exploraremos las diferencias entre la luz cálida y fría, cómo influyen en la atmósfera de un lugar y cómo elegir la temperatura de color correcta para cada situación.

La luz cálida suele generar una sensación acogedora y relajante, perfecta para espacios de descanso, mientras que la luz fría puede brindar un ambiente más energizante y enfocado. Aprende a utilizar estos conceptos a tu favor y mejora la iluminación de tus espacios. ¡Descubre más en el video a continuación!

Comparación de la temperatura de la luz: Cálido vs Frío

La temperatura de la luz se refiere al tono de color que emite una fuente de iluminación, y se clasifica en cálido y frío. Esta característica es crucial en la percepción visual de los espacios y afecta el ambiente general de una habitación.

La luz cálida tiene una temperatura de color más baja, que oscila entre los 2700K y 3000K. Este tipo de iluminación emite tonos amarillos y anaranjados, creando una atmósfera acogedora y relajante. Es ideal para espacios como salas de estar, dormitorios o restaurantes, donde se busca una sensación de calidez y confort.

Por otro lado, la luz fría tiene una temperatura de color más alta, que va desde los 4000K hasta los 6500K. Esta iluminación emite tonos azulados y blancos, generando un ambiente más brillante y activo. Es perfecta para espacios de trabajo, cocinas o baños, donde se necesita una iluminación clara y energizante.

La elección entre luz cálida y fría depende del uso que se le dará al espacio. La luz cálida es ideal para áreas de descanso y relajación, mientras que la luz fría es más adecuada para lugares donde se requiere concentración y actividad. Combinar ambos tipos de iluminación en un mismo espacio puede crear contrastes interesantes y mejorar la estética general.